13/10/17

Diabetes, una dolencia silenciosa y traicionera [13-10-17]


Diabetes, una dolencia silenciosa y traicionera

Además de silenciosa, es traicionera. Así la califican los endocrinólogos: la diabetes, una enfermedad que, afecta a ocho de cada cien colombianos y que -observación grave- está atacando a un número cada vez mayor de niños y adolescentes.

Cuando en realidad, la diabetes de la que hablamos, la mellitus, era hasta hace poco considerada como enfermedad de adultos. Y por ello se le llamaba precisamente diabetes tipo II o del adulto.

Pero resulta que en estos últimos años las entidades mundiales de salud han hecho un llamado de alarma: la obesidad, el sedentarismo y la malnutrición (generalmente por exceso) están causando estragos en la población. Entre los adultos, con el incremento de enfermedades como el cáncer, el infarto y precisamente la diabetes. En los niños y adolescentes, con trastornos cardiovasculares y también con diabetes.

El incremento de la enfermedad en el mundo ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a advertir que, de no corregirse la situación, hacia el 2020 la enfermedad se habrá convertido en una epidemia mundial.

Y esta no es una advertencia que se pueda descuidar. La diabetes es una enfermedad incurable pero controlable, que implica gastos inmensos en el tratamiento de la enfermedad y sus complicaciones, así como incapacidades y muertes. El diabético debe poner atención a lo largo de los años a las instrucciones de su médico, pero le es posible desarrollar una vida normal y, lo que es muy importante, con excelente calidad.

En situación contraria, una diabetes mal controlada o francamente no controlada comienza a corroer –por decirlo de alguna forma- distintos organismos y, mientras causa daños en los ojos, el corazón, los riñones, pone en serio peligro la vida de la persona. Esto explica el calificativo de traicionera que los médicos le dan.

Ante esta evidencia, a las personas les corresponde estar atentas. No se trata de detectar síntomas porque la diabetes no se manifiesta con síntomas –de allí su calificativo de silenciosa- sino de controlar los niveles de glicemia en la sangre. Una medida que salva muchas vidas, y que debe hacerse por lo menos una vez cada dos años, siempre y cuando no existan factores previos de riesgo o dudas.

Los niveles de glicemia (o azúcar) en la sangre se los tienen que controlar tanto adultos como niños y, con igual razón, los ancianos. La diabetes tipo II se desarrolla en cualquier momento y cualquier persona, sin previo aviso. Sí pueden existir factores de riesgo que obligan a una mayor atención, como lo es la herencia. Pero éstos no son determinantes.

Veamos la diabetes con mayores detalles:

¿Qué es? En términos simples, se define la diabetes como un desorden del metabolismo que ocurre cuando el cuerpo transforma en energía los alimentos que recibe. Durante el proceso de digestión, los alimentos se descomponen y de ellos se desprende la glucosa, mayor fuente de combustible para el cuerpo. Esta glucosa pasa a la sangre desde donde la insulina, hormona segregada por el páncreas, le permite entrar a las células.

En las personas diabéticas, pueden ocurrir dos problemas:

- El páncreas no produce insulina o la produce en muy pequeñas cantidades (diabetes tipo I, antes conocida como juvenil). A diario, la persona debe recibir insulina en dosis especificadas por su médico.

- Las células del cuerpo no responden a la insulina (diabetes tipo II). El tratamiento varía según el caso pero comienza con un control estricto de la alimentación y una rutina de ejercicios. Si no responde, se le formulan medicamentos.

Síntomas. No existen realmente. Sin embargo, la persona puede sentir más hambre que la normal, sed y deseos de tomar líquidos, un mayor volumen de orina. Puede igualmente perder peso.

Prevención. Aunque la diabetes sigue siendo una enfermedad incurable, y de todos modos es casi imposible evitarla, los médicos recuerdan que es posible prevenir que se desarrolle y demorar la aparición de complicaciones.

En el primer caso –o sea el de prevenir el desarrollo- se establece la calificación de la prediabetes. Esto significa que los niveles de glicemia son altos pero no alcanzan las cifras propias de la diabetes. Están en estadio previo. A ese momento, la persona que inicia un control riguroso de sus hábitos de vida (de los que se habla más adelante), y que se mantiene bajo vigilancia médica, puede lograr que la enfermedad no se desarrolle o, por lo menos, tarde mucho más en hacerlo.

En el segundo caso –atrasar las complicaciones- la persona debe mantenerse bajo estricto control del médico, siguiendo sus instrucciones en cuanto a la alimentación apropiada, la rutina diaria de ejercicios, la pérdida de peso (cuando hay sobrepeso y/o obesidad), y, cuando es necesario, la toma de medicamentos. La endocrinología actual basa el éxito de los tratamientos en la dieta y los ejercicios como medida primordial y primaria, antes de formular los medicamentos.

Hábitos y riesgo. La obesidad, el sedentarismo, las dietas desequilibradas con excesos de grasas y azúcares son factores principales de riesgo para la aparición de la diabetes tipo II. Influyen igualmente de manera importante el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

En consecuencia, cuando se habla de cambiar los hábitos de vida, se busca ante todo:

- controlar el sobrepeso - asumir una dieta alimentaria en la que se incluyan las cantidades recomendadas por el médico de cada uno de los nutrientes que requiere. No se puede abusar ni siquiera de alimentos tan saludables como son la fruta.

- Hacer ejercicios de acuerdo con un programa o rutina que le diseñe a cada persona particular el especialista.

- En algunos casos, según lo considere el médico, se pueden tomar vitaminas que ayudan a combatir la oxidación de tejidos o la presencia de radicales libres de oxígeno.

- En Colombia, la Asociación Colombiana de Diabetes organiza programas completos de tratamiento y educación a las personas con diabetes y a sus familiares. Se recomienda acudir a la sede de las distintas filiales de la misma asociación para recibir información científica garantizada.

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